Mayo 2: Bilbao.

En obras por ampliación, el Museo de Bellas Artes de Bilbao apenas ofrece un cinco por ciento de sus fondos. Con todo, es posible ver la Vista de Bermeo de Luis Paret, una de las excusas de este viaje; además de otros hermosos descubrimientos: Plaza de toros de Sevilla de Mariano Fortuny, la obra primigenia de Max Ernst en el Paris de entreguerras, o la obra de distintos autores vascos que el museo a adquirido recientemente y ayudan a comprender mejor el país: María Franciska Dapena, Saul Steinberg, Adolfo Guiard y Eduardo Zamacois; el fotógrafo Felipe Manterola o el industrial Patricio Echeverría (¡Herramientas Bellota! Dos días más adelante usaré uno de sus martillos para clavar las piquetas de la tienda e campaña). El testimonio gráfico de Manterola o el pictórico de Eduardo Zamacois Zabala, además de los fotógrafos que documentaron la industrialización de los valles vascos, es un testimonio impagable y muy bello.


Olabeaga, barrio marinero e industrial, fue pintado por Luis Paret en 1786; y por Antonio de Guezala dos siglos más tarde.  Hoy resulta el más tranquilo de Bilbao, a decir de uno de sus vecinos. Céntrico además, su proximidad a los museos, al estadio de San Mamés o la futura isla urbanizada que se proyecta en el centro de la ría de Bilbao, tal vez le roben la tranquilidad o el precio de la vivienda a este viejo vecindario obrero y marinero.

Algún hincha del Manchester, coñon o solidario vaya usté a saber (las razones del fútbol son inescrutables para un profano), viste la camiseta del derrotado Atleti: 0-3, fue el resultado.


El sesudo análisis de un hincha experto asegura que todo se precipitó cuando un agarrón provocado por un jugador del Bilbao hizo que lo expulsasen. A partir de entonces comenzó el desastre: "no se puede hacer eso, derribar a un jugador estando en Europa; son críos que aquí son dioses, pero fuera de aquí no saben jugar. Europa les viene grande". Media hora después, tras sentarse un rato a tomar resuello, continúa explicándole el encuentro a un amigo por teléfono: el mismo tiempo que lleva caminar desde Olabeaga al centro de Bilbao. Cuando nos separamos, aún sigue con su matraca. Me preguntó qué habría dicho de haber ganado.

Frente a la margen izquierda, pescadora un tiempo e industrial más adelante, se levanta el genio comercial y técnico de la Universidad de Deusto. Hace ya treinta años que la margen izquierda se ha reinventado como turística; de servicios, tecnológica: el fálico edificio de acero y cristal de la empresa Iberdrola es toda una declaración de intenciones. A las 23.00 horas del festivo 1 de mayo las luces de tres de sus cuarenta y una plantas permanecen todavía encendidas: tal vez preparen la estrategia para  rendir cuentas por el apagón de dos días antes. Es como si el talento para los negocios no hubiera hecho más que cruzar la ría.

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