Tramo 4, Etapa 0,Camino del Cid, La ciudad soñada: El tren que SÍ perdí

 

me hubiera conducido de la estación de Zaragoza Delicias a la de Teruel, aunque, tal vez en un exceso de optimismo, y considerando que la época de los trenes de Paco Martínez Soria había quedado en el olvido, tomé el billete entre esta modernísima estación y la segunda con solo media hora de diferencia. Crasus errare: el tren que me traía desde Vigo se retrasó justo ese tiempo. Hube de quedarme, pues, en la ciudad que fundó César Augusto, en plenas fiestas del Pilar y con los hoteles al completo. Si ahora me encuentro escribiendo estas líneas en una habitación digna -y cara- es después de mucho bregar al teléfono en busca de alojamiento. En fin, más perdió Craso al invadir Partia, aunque dejase una expresión para la Historia. 

Podría haberme echado el macuto a la espalda y pasar la noche de bar en bar, emulando a un soldado recién llegado a la ciudad en cualquiera de las múltiples campañas de las legiones en Hispania -lo cierto es que lo valoré durante ... dos minutos-: hacer tiempo hasta la salida del próximo tren a la capital turolense; pero no conseguí verme con mochila y sin cachirulo en la plaza del Pilar, dando botes con una cerveza en la mano durante ¡diez horas! Más cuando venía de estar doce sentado en una moderna carroza de acero y cristal. ! Los legionarios de ahora tenemos poco que ver con los de antaño! 

En cualquier caso estoy aquí, después de haber atravesado -casi- esta bella piel de toro rebosante de hermosura este otoño que recién comienza. He compartido vagón con una pandilla de exultantes amigas maduras -no diría que a mi pesar, pues eran muy educadas, aunque bastante ruidosas-, cargadas de alegría respecto a los días por venir: libres de obligaciones, padres, maridos o hijos en torno a un plan que consiste en recorrer una veintena de pueblos en busca de sus orígenes -cualquiera es bueno para echarse al monte-. Una vez en destino creo que son ellas las "antepasadas": se ríen ya hasta de su sombra. Tengo la impresión de que las mujeres lo pasan mejor que los hombres cuando están juntas.