Elda: TRAMO 5, ETAPA 7, CAMINO DEL CID: LA DEFENSA DEL SUR

9 de octubre,  día de la Comunidad Valenciana. Esta entrañable estampa de beduinos en un zoco es cuanto aprecio del pasado árabe de Sax, pueblo alicantino en las márgenes del río Vinalopó. Conmueve ver a los comerciantes haciendo negocios y bebiendo té, sus modernos camellos aparcados frente a la plaza y las mujeres bien cubiertas, echando la mañana ante los sacos de especias; el castillo y la mezquita en perfecto equilibrio, como la balanza en primer término. Todo en orden. Sólo falta un sacrificio de cordero halal para dotar de mayor realismo la escena. Pero este lo aporta una vez más el eterno conflicto palestino- israelí. Basta levantar la mirada de la mesa donde recojo mis prendas en la lavandería, para ver en el televisor imágenes de bombardeos judíos, o civiles árabes llevados en andas, tertulianos opinando y militares o políticos amenazantes. Nada cambia desde hace, ¿cincuenta? ¿mil años? Tal vez no seamos capaces de comprender un mundo sin religiones, sin lugares sagrados, sin sacrificios a dioses indolentes y sanguinarios. 

Por el camino me adelantan tres niños en bicicleta, no dejan de llamar a su perra Buha que corre feliz delante de ellos. Es festivo, es lunes y luce un sol espléndido sobre sus cabezas. No puede haber mejor escenario para unos chavales de diez años.

Alcanzó un enorme campo de brocoli chico o col china (basta una foto a la planta y consultar a Google para salir de dudas). Al levantar la vista, contra el cielo raso y la sierra se recorta un dron fumigador. Recorre la extensión de una punta a otra dispersando aerosol como si tal cosa,  sin necesidad de cargarse una mochila a la espalda ni soportar el intenso calor de la mañana levantina. Un jubilado y yo grabamos la escena con nuestros móviles desde el borde del camino.  Los dos exclamamos al tiempo: "¡increíble!".

Antes de llegar a Sax me cruzo con dos peregrinos: las cuartas personas en mil quinientos kilómetros: por eso me gusta este camino. Ellos salen hacia Santiago desde Alicante capital, se percibe el entusiasmo en sus miradas, en el garbo con el que caminan. Cuando comento que me dirijo a Orihuela siguiendo el Camino del Cid uno de ellos se envara  y recita:"En Orihuela, tu pueblo y el mío, hoy ha muerto Ramón Sijé, con quien tanto reía", a pesar de no ser del todo correcto, es más de lo que recuerdo del célebre poema. 


Poco después, una serie de grafitis me recuerdan que el que recorro es el Camino de Santiago de Levante, o Camino de la Lana, o Camino de Sant Jaume, o Camino del Cid... junto a pintadas de Vox y un original de "Muelle", el malogrado grafitero Juan Carlos Argüello Garzo, quien abrió el camino al resto de pintores de letras en nuestro país. Me alejo pensando que lo mismo da, lo importante es caminar. 

Comentarios