Tramo 2, Etapa 2, Camino del Cid, tierras de fontera: Hiendelaencina-Jadraque
Mis reflexiones andariegas me llevan a pensar que aquello que nos rodea, ya sea animal, vegetal, mineral o gas, está comprendido en la Tabla Periódica de los Elementos. Estos, los elementos, forman tejidos o materia inerte, compuestos de moléculas, resultado de la unión de átomos. Los átomos, formados a su vez por partículas subatómicas inestables -salvo los gases nobles- apenas una energía externa los anima: un cambio en la presión, una fuente de calor, o frío, etc. abandonan su frágil equilibrio para unirse a otros átomos formando moléculas más complejas, nuevas formas de vida. En el caso de nuestro héroe, la energía que le empujó a reformularse fue la más cruel: la separación de su familia, la sustracción de sus bienes y el destierro, además del deshonor que ello conllevaba -algo importante entonces-. La cuestión es, ¿qué habría ocurrido de no haber sido desterrado?, ¿hubiera llegado tan lejos?, o es la propia inercia de un hombre de armas la que le obliga a seguir adelante ofreciendo su brazo al mejor postor. A todo estudioso o curioso de su figura y gesta, no deja de sorprenderle que muriese en la cama, a los cincuenta años, una edad longeva para la época.
En mi caso, la energía externa
que agita mis átomos y hace que abandone de forma voluntaria mi hogar, mi
familia y el confort del sofá y la casa caliente, son las lecturas. Sí, sé que
no soy en absoluto original, pero es que una vez leídos, los libros enredan
mucho en la cabeza y nos hacen concebir proyectos disparatados. Hay quien los
sigue, y hay quien no.
Yo sigo mi andar en dirección a
Jadraque. Antes pasaré por la Toba y veré por vez primera en el Camino olivares
cargados de aceitunas. ¿Personas? Una. Camina delante de mí por la calle Real,
a unos cien metros. Se vuelve debido al ruido que los bastones hacen en el
suelo al caminar, o quizá tema algo, no lo sé. Lo cierto es que intento
alcanzarla -es una mujer mayor- acelera el paso y se vuelve de vez en cuando.
Yo lo apresuró más, pues es la única persona a la que puedo preguntar por la
dirección hacia Medranda, siguiente pueblo en la ruta. A medida que me acerco
me parece escuchar una extraña salmodia. Lo corroboro al llegar a su altura, la
señora va rezando el rosario. Ni en Comala.
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