La vida en suspenso, jornada 17

Martha McKeen de Wellfleet, Edward Hopper
Martes 12 de mayo

Con el corazón alborozado miré hacia atrás y comprobé que nadie me seguía, nada tenía sentido salvo seguir navegando, doblar el cabo, alcanzar la ensenada, el siguiente fondeadero, sin objetivo concreto, por el simple placer de flotar entre aire y agua.

Y eso hice.

Comentarios