Ni adult, ni best, ni friends. A riesgo de parecer aburrido, no encuentro en la película de Delaney Buffet otra cosa que tontuna de valores norteamericanos en el peor —confío en que así sea— de los tiempos posibles en las relaciones de este país con el resto del mundo: la nueva pesadilla/era Donald Trump en la que personajes como los que el film nos muestra han metido al resto del planeta. A saber, son estos frívolos, vorazmente consumistas, egoístas, infantiles, hipócritas y neuróticos por nombrar solo algunas de las "virtudes" que caracterizan a estas dos "bobas" de libro, amigas desde la infancia, donde una de ellas se muestra incapaz de comprender que la otra haya decidido casarse —«aún está en proceso de pedida, hay esperanza», debió de pensar— y esta, para exponérselo con más calma, decide llevar a cabo un fin de semana "solo de chicas".
A partir de aquí, todos los tópicos del sueño americano más ramplón tienen lugar: los chicos buenorros que se mueren por tener sexo, las chicas calentorras que buscan lo mismo, los prometidos que seguirán siendo fieles a sus prometidas a pesar de la distancia y la tentación, y toda la colección de supuestos pasotes con drogas, prostitutas y chistes de sal gruesa dignos de las películas del inefable Mike Myers.
Hubo, entre quienes "disfrutamos" con la proyección, quien quiso ver un homenaje a Psicosis en uno de los personajes del "terrorífico" film.
Seguro que se ha vendido estupendamente. En mi caso, ni p*** gracia.
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