Sirenas
Con las sirenas, dudo:
A menudo las oigo pasar alborotando las calles,
camino del hospital. Y entonces, evoco el recuerdo de mi madre,
muriendo en el interior de una ambulancia que no llegó a tiempo.
En cambio, cuando pueblan la costa,
rebotando en la niebla cálida y densa del verano:
mercantes reconviniendo a los veleros,
pesqueros regresando tras la marea,
cruceros despidiendo la ciudad;
entonces, su sonido resulta hermoso, entrañable.
Y uno llama Chuchamel a estas, y no a aquellas.
A menudo las oigo pasar alborotando las calles,
camino del hospital. Y entonces, evoco el recuerdo de mi madre,
muriendo en el interior de una ambulancia que no llegó a tiempo.
En cambio, cuando pueblan la costa,
rebotando en la niebla cálida y densa del verano:
mercantes reconviniendo a los veleros,
pesqueros regresando tras la marea,
cruceros despidiendo la ciudad;
entonces, su sonido resulta hermoso, entrañable.
Y uno llama Chuchamel a estas, y no a aquellas.
Comentarios
Publicar un comentario